VOYELLES
Evidentemente se trata de un homenaje a Rimbaud y a su poema “Voyelles” que, entiendo, constituye uno de los primeros ejemplos de la modernidad donde se evidencia la interacción de las artes. El poeta francés fue desde la letra al color y aquí se trataba de, en viaje inverso, ir desde el color a la letra.
La cuestión era como conservar el principio de unidad que las vocales, por propia naturaleza, tenían. Tomé un motivo que habría de conservarse estructuralmente en todas las imágenes y éstas irían adquiriendo su singularidad a partir del color de campo (fondo) y de la distinta coloración de los cuadrados. En éstos solo se alojan los colores propios de las vocales, pero se permutan entre sí. De otro lado, cuando aparece la letra en cada una de la imagen que le es propia, lo hace con el color que el poema le atribuye y el texto completo del poema aparece a la izquierda de la imagen, en manuscrito del propio artista (también serigrafiado) y con el color de la letra de que se trate. Así, salvo en la imagen que sirve de frontispicio (que es negra y no va acompañada del poema), en las otras, las referidas a cada una de las vocales, la obra se compone, doblemente, del texto y de la imagen.
El conjunto de la obra está ejecutada con la técnica serigráfica, desde el título hasta el colofón: no ha intervenido la imprenta. También es serigrafía la imagen que, entallada, aparece en la portada de la carpeta